El superpoder del líder: la gestión del foco de atención.
1. Atención hacia dentro. Un líder debe saber dirigir su atención hacia su interior, y dilucidar quién es, cuáles son sus valores, sus objetivos,.... Ya lo decía la inscripción en la puerta de entrada del Oráculo de Delfos, en la antigua Grecia: nosce te ipsum, conócete a ti mismo. Si sé quién soy, sabré a donde puedo llegar y lo que conseguiré. Pero si no... ¿Qué será de mí?
2. Atención hacia el exterior. El líder debe también saber captar y gestionar la atención colectiva y contemplar todas las variables del problema que pueden interferir en el resultado. Sería la atención sistémica. No sólo hay que saber qué quieres, sino que hay que identificar todos aquellos factores del entorno (del equipo, la empresa, la sociedad, la economía,...) que pueden afectar a la consecución de tus metas.
Ambos procesos son difíciles de gestionar. Es como una lente focal, que amplía el zoom o lo contrae. Uno se integra en la propia mente, pero también es capaz de introducirse en la de los demás. Parte de la autoconciencia, la amplía para detectar las variables del exterior y se preocupa por la mente de los colaboradores, para saber qué piensan, qué sienten o qué necesitan. La empatía, las habilidades sociales, la automotivación y, en definitiva, la inteligencia emocional del líder, son resultado de esta cualidad, digna de un superhéroe.
¿Has conocido héroes así? ¿Quieres convertirte en uno? Pues la buena noticia es que se puede.
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