El círculo de confianza. Ser un buen líder se demuestra en momentos de crisis
Sin duda, es muy sencillo ser directivo cuando acompaña la economía y los beneficios. Son personas que parece que se preocupan por ti, te alaban y te hacen sentir especial. Todo fluye y te sientes feliz en la empresa, pues tú ganas tu sueldo de siempre, mientras él/ella se lucra (que seguramente se lo merezca, sea dicho de paso).
Pero ¿Qué sucede cuando llegan los tiempos de crisis, como los que nos ha tocado vivir en el último año y medio? Pues que esa relación idílica se trunca, y se dan ciertas circunstancias que rompen la armonía de los equipos y se generan atmósferas irrespirables de desconfianza, por despidos totalmente evitables, ERTES innecesarios, o recriminaciones y exigencias injustas, sólo para evitar perder el mínimo ingreso posible. No tienen en cuenta los efectos en la plantilla a largo plazo (pues la crisis no será eterna). No hablo de todos los jefes, pues los hay que en esas circunstancias se configuran como verdaderos líderes. Me explicaré.
Hay líderes, como hay una gran mayoría de familias, que cuidan a sus trabajadores. No concebiríamos que un padre o una madre "despidiera" a su hijo porque se han visto reducidos los ingresos en casa. Cualquier padre daría de comer antes a su hijo, que a él mismo. Este tipo de relaciones también se encuentran en las empresas, pues hay directivos que anteponen sus necesidades a los de su gente.
Y ahí está la clave: desde un punto de vista neuropsicológico, el cerebro siempre está buscando la estabilidad ante las amenazas. Y cuando el jefe y "la tribu" se ayuda, y se proponen pelear juntos contra ellas, se genera un vínculo de unión muy potente (seguramente por el efecto de la oxitocina). Crear un círculo de seguridad es la clave de un buen líder. Lo contrario es ver hostilidades tanto fuera, como dentro del círculo. Así funcionan las cosas en nuestra mente: o estás conmigo, o eres mi enemigo. No hay punto intermedio.
En este sentido, es fácil diferenciar un buen líder, de un mal líder. Y sólo se puede identificar de manera inequívoca, en tiempos de crisis. Veámos la diferencias:
¿Cómo actúa un MAL LÍDER, en tiempos de crisis, y qué consecuencias tiene?
- Por el afán de ganar más dinero o perder lo mínimo posible, crea un clima de miedo y temor, que provoca que sus colaboradores levanten un muro defensivo hacia la directiva, e intenten buscar la seguridad fuera de la empresa.
- Sacrifican primero las personas a los números, y sin consensuar con los trabajadores.
- En este momento, los seguidores siguen al jefe por su autoridad y poder de posición, pero no con compromiso.
- El líder se preocupa, en primer lugar, por sí mismo porque es el que toma el riesgo. La respuesta natural de sus seguidores es deslealtad por él y la empresa.
¿Cómo actúa un BUEN LÍDER, en tiempos de crisis, y qué consecuencias tiene?
- Crea un clima de seguridad y confianza, de que no se les va a despedir y que será él/ella el que asuma las consecuencias.
- En este sentido, sacrifican primero los números a las personas.
- El equipo, al ver el sacrificio de su líder, y de forma natural, se proponen para reducirse el sueldo, o hacer más horas.
- Si hay sacrificios, son consensuados (por ejemplo, proponen excedencias sin trabajo para aquellos que lo soliciten; o reducciones de jornada).
- Los seguidores sienten que están por ellos y siguen fielmente a su líder.
En definitiva, los buenos líderes se demuestran en los momentos de crisis, y no en las épocas de bonanza. Son los momentos ideales para forjar equipos cohesionados y comprometidos con la empresa. Porque no hay mal que 100 años dure.
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